Esta semana salió a la venta el nuevo número del cómic X-Men y en él apareció una locación del Museo Soumaya. Este espacio, ubicado en la zona de Polanco, se ha convertido por su arquitectura, su diseño y su oferta cultural, en un importante punto turístico de la capital del país. Y, ahora, incluso es el punto de encuentro para una batalla entre mutantes.
En X-Men #5, se lleva a cabo una batalla entre mutantes y reavers que son un equipo criminal conformado por cyborgs, que da la casualidad de compartir un enorme desprecio por Wolverine, en nada más y nada menos que en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca, frente al Museo Soumaya.
En los paneles que circulan en redes sociales, se aprecia que el motivo de la lucha es salvaguardar la democracia mexicana.
Este giro está relacionado con la llegada de Jonathan Hickman —quien ya ha formado parte de varios proyectos de Marvel— como responsable de revitalizar a los mutantes, los «X-Men». Hickman ideó una isla a los mutantes, de nombre Krakoa, y en las nuevas sagas los ha vuelto universales. De ahí se tomó la idea de que aparezcan en distintos países generando y resolviendo conflictos.
Los Hijos de Aztlán 